3 de enero de 2008

MELAZAS DE CEREAL: SALUDABLE SUSTITO DEL AZÚCAR REFINADO

Una leyenda cuenta que los antepasados de la raza humana se generaron a partir de un tallo de la caña de azúcar. Su nombre deriva del sánscrito “Sarkura” y su origen remoto posiblemente de la India o de la China, del 3000 antes de Cristo. El azúcar se utilizaba para condimentar y como medicamento. Las antiguas civilizaciones como el antiguo Egipto y las civilizaciones griegas y romanas también siguieron adeptos a las bondades de la caña de azúcar. En España fue introducido por medio a los árabes. Cristóbal Colón la introdujo en América en su segundo viaje, propagándose por todo el Caribe. Este acontecimiento hizo que estas Islas se las denominara “Islas del Azúcar”. Su consumo se popularizó en el siglo XIX con la implantación industrial mediante la extracción del azúcar a partir de la remolacha.


En nuestra era, el azúcar se puede obtener a partir de la caña de azúcar o, principalmente de la remolacha, mediante procedimiento químico. Durante este proceso de extracción, se obtiene únicamente sacarosa y contaminantes provenientes del proceso de extracción. Se pierde fibra, minerales, vitaminas y oligoelementos. Lo mismo sucede con el azúcar moreno, una versión menos refinada, pero que al igual que el azúcar de mesa, presenta contaminantes provenientes del proceso de extracción.

LO QUE SUCEDE CUANDO INGERIMOS AZÚCAR REFINADO
Actualmente, la utilización del azúcar se ha extendido en la mayor parte de alimentos que consumimos. Este ingrediente es habitual entre los productos industriales: productos de bollería, galletas; panes de molde; salsas preparadas, cereales de desayuno… Nuestra sociedad ingiere demasiado azúcar refinado carente de vitaminas, minerales y oligoelementos. Esta situación origina que nuestro organismo se las tiene que ingeniar para poder metabolizar este alimento tan refinado. Para hacer frente a este alimento carente de nutriente, tiene que echar mano de sus propias reservas de vitaminas y minerales. Al igual pasa con el resto de alimentos refinados (harinas, pan, pasta), su consumo hace que nuestro cuerpo se vea obligado a movilizar y utilizar sus propias reservas minerales. Primero recurre a las que se encuentra en la sangre y si no bastan, recurre a los que se encuentra en riñón y cerebro. Es cuando se produce un proceso de desmineralización.

EL SABOR DULCE NECESARIO PARA NUESTRO CUERPO
Entonces, ¿qué deberíamos hacer?, ¿renunciar al sabor dulce? El problema está en los endulzantes artificiales o que son muy extremos. Estos azúcares roban a nuestro organismo vitaminas del grupo B y distintos minerales. En realidad, el sabor dulce es necesario para nuestro cuerpo. Dentro de la Medicina Tradicional China, la dieta ejerce un importantísimo papel en la salud de la persona. Según la teoría de los cinco sabores, cada uno pertenece a un órgano distinto. El sabor salado tonifica el riñón ; el ácido, el hígado; el amargo, el corazón; el picante, el pulmón; en el caso del “buen sabor dulce” tonifica el estómago, el páncreas y el bazo. El dulce es un sabor tónico y nutritivo, necesario para nuestra salud. En realidad, debe ser el sabor más presente en nuestra alimentación. Pero es importante distinguir un dulce refinado, carente de nutrientes, de un dulce natural, rico en sustancias nutritivas. Además, el dulce es el sabor que más presente encontramos en los alimentos.

Los cereales integrales como el mijo, el arroz, la avena; las verduras como la calabaza, la zanahoria, el brécol; todos ellos, son alimentos naturales que al masticarlos y al mezaclarlos con la saliva, sale el sabor dulce natural. Una alimentación rica en verduras y cereales integrales puede saciar el dulce que pide el cuerpo.
Una saludable alternativa al azúcar blanco de mesa son las melazas de cereal. Las hay de distintos cereales. De arroz, de cebada, de maíz o de trigo. La más nutritiva es la de cebada. Son el resultado de la fermentación del cereal. Al ser un alimento que ha sufrido un proceso de fermentación, su digestibilidad mejora y, al mismo tiempo, su valor nutritivo. Los microorganismos responsables del proceso de fermentación (levaduras, mohos…) transforman los compuestos complejos como los glúcidos, proteínas y grasas, y los convierte en azúcares simples, aminoácidos y ácidos grasos libres. Todos estos componentes son más fáciles de digerir y de asimilar por parte de nuestro organismo. Además, durante el proceso de fermentación, los microorganismos también sintetizan vitaminas.
Si masticáramos bien cada alimento que introducimos en la boca veríamos que, al mezclarlo con la saliva, el alimento tiene sabor dulce. Si no, probad con un poco de arroz o de pan.
Las melazas por tanto, son un alimento nutritivo que aporta diversas vitaminas y minerales e hidratos de carbono. Como resultado de su fácil digestión es interesante que esté presente en la alimentación de aquellas personas que presentan un aparato digestivo delicados; ancianos, convalecientes. Además de nutritivas no producen bajadas de azúcar en sangre. Es muy recomendable para las personas que realizan mucho deporte y presentan un desgate mental.

Las melazas se pueden utilizar como endulzante en el té, infusiones, leche, bebidas vegetales, también en galletes, postres, pasteles…

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